¡Qué fácil es!

Esmeralda Ponce

Es fácil demostrar a quienes nos importan cuánto les queremos. No hacen falta disponer de grandes bienes materiales; tampoco es necesario realizar grandes actos heroicos, pero los detalles, los pequeños gestos, las atenciones, siempre son guiños que se reciben con complacencia.

En nuestros días las rutinas de vida hacen que estemos con frecuencia estresados, preocupados por el poco tiempo que tenemos para hacer las cosas; llegamos al límite a casi todas partes.

Por otro lado, ocupamos mucho de nuestro tiempo en preocuparnos por la actualidad, la general, la globalizada, que a fin de cuentas sigue su curso sin que nuestras preocupaciones logren transformarla en lo que quisiéramos.

De esa forma es posible que estando en compañía de los nuestros, en vez de disfrutar el momento, tendamos a distraernos de lo verdaderamente importante para dar cabida a discusiones, exigencias o reclamos. Con ello desaprovechamos la oportunidad de tenerlos cerca para brindar afecto, paz, consuelo o simplemente compartir unas risas.

Todos estamos dispuestos cuando algún ser querido está en dificultades, a correr para brindar el apoyo que sea necesario, sin ninguna duda. Sin embargo, esas mismas personas importantes para cada uno de nosotros quizás más de una vez se han quedado esperando para pasar un rato agradable con nosotros en el día a día, mientras corríamos detrás de nuestras obligaciones sin hacer contacto con aquello pudieran sentir ellos ante el desapego y la distancia.

Una llamada, quedar para un café, un mensaje, una sonrisa en medio de nuestra vertiginosa existencia no nos cuesta nada, pero vale mucho para quien con eso se siente complacido. Es penoso que sea más común amanecer de mal humor y no dar los buenos días que saludar con dulzura cada mañana a quienes conviven con nosotros.

No importa si hablamos de niños, de nuestros mayores, de nuestra pareja o de los amigos. Somos seres humanos con necesidades afectivas, que en algunos casos alimentamos y en otros no. Está claro que en ello no nos va mala voluntad, sino despiste, prisas y obligaciones. Pero siendo conscientes de ello, podemos hacer el intento de estar más pendientes de esos detalles. 

Ya que comienza el mes donde se ponen más de manifiesto las querencias, propongámonos mejorar en ese sentido, por la armonía y el buen rollo, entendiendo que mientras más cosas positivas salen de cada uno, mejor nos sentiremos todos. No es tan difícil.

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