¿Se acaba?

Esmeralda Ponce

Por los momentos, empezó el año, sin sobresaltos en lo que a funcionamiento planetario se refiere, aunque haya tormentas solares, y con los altibajos ya cotidianos de la crisis a todo nivel, a la que parece que nos vamos acostumbrando.

Imaginemos por un momento que tenemos la certeza de que algo hace que nuestra vida tenga un plazo determinado científicamente y que tan sólo nos quedan unos meses para realizarnos en lo que queríamos, tal como vaticinan algunos apoyándose en antiguas profecías.

Puede ser que todos cambiáramos a mejor, queriendo reconciliarnos con quien tenemos asuntos pendientes, generando ambiente de paz y armonía donde estamos, valorando cada experiencia como un regalo, mostrando con más transparencia nuestros sentimientos y disfrutando del tiempo que nos queda más que sufrir por lo que pueda pasar más adelante.

No es fácil imaginar cómo reaccionarían los que llevan la economía mundial, los que imparten leyes y hacen justicia, los que planifican en macro y en micro, los poderosos. Quizás cambiara la escala de valores e intereses, y dedicarían todos sus esfuerzos por hacerse con alguna nave que los saque del planeta para ir a ocupar otro. Observaríamos con interés a quienes quisieran llevarse, si a los banqueros y políticos más destacados del mundo o a los maestros y científicos de las diferentes ramas.

Lo cierto es que seguimos aquí, saludando cada nuevo día, haciendo lo que nos corresponde y sacando ánimos para vivir este nuevo año con ganas de continuar adelante. Que vivir con ilusión debe ser una obligación cotidiana, y que nos da lo mismo lo que digan los agoreros, que si queremos plantarle cara a lo que este año nos brinde, y tenemos buenos ánimos, seguro que facilitaremos nuestro fluir para continuar logrando objetivos, o aprendiendo de nuestros errores para evitar repetirlos.

Realmente cada uno de nosotros tiene el poder de lograr cambios a mejor para sí mismo, siempre y cuando no perdamos de vista que depende principalmente de nuestra actitud frente a los retos y las dificultades, al empuje que pongamos en superar lo que nos bloquea el camino y a los objetivos que queramos alcanzar.

Que seamos buenos, como si nos quedara poco tiempo, de manera que cada quien pueda sacar lo mejor de sí mismo para ofrecerlo al entorno generando el clima armonioso que tanto bien nos hace. Total, se acabe cuando se acabe el mundo lo nuestro es vivir aquí y ahora.
 

Edicions locals